1.- ¿Por qué escribe Carmen Durán?
Porque me hace bien y me gusta.
2.- ¿La literatura es para ti una profesión o una forma de liberar sentimientos e ideas?
No me acomoda la palabra “profesión”, para referirme a mis décimas.
Porque me hace bien y me gusta.
2.- ¿La literatura es para ti una profesión o una forma de liberar sentimientos e ideas?
No me acomoda la palabra “profesión”, para referirme a mis décimas.
Tampoco “liberación de sentimientos e ideas”.
Digo: mi “carrera” es ser antropóloga del cuerpo, investigadora de la cultura, profesora de biodanza y ontología del lenguaje. Y en este trabajo también soy escritora y decimera. También me dedico parcialmente a la pintura, los mosaicos y el arte viviente y soy activista por los derechos de las humanas.
5.- Cuéntanos de tu proceso creativo: qué requieres para escribir, entorno, hora, libros etc.
Requiero un lápiz y un pedazo de papel. Ha sido en diversos momentos y lugares. Prefiero estar sola. Pero a veces ha sido en medio de un gentío o una borrasca.
He escrito décimas en todo tipo de momento y contexto, en noches de desvelo o esperando en los terminales, haciendo alguna cola o llorando a la orilla del río. Empecé a escribir décimas de manera más “regular” hace 4 años .
6.- ¿Cómo nace tu inclinación por la creación de décimas?
Mis familias son campesinas. Crecí en los veranos de los años 60 en medio de las trillas a yegua, donde las cantoras avivavan la fiesta. Amé a esas mujeres alegres, valientes, poderosas, artistas, poetas…
Al mismo tiempo, en los inviernos, en nuestra casa de Concepción había un pick-up y, entre otros, un disco de Isabel y Angel Parra. Recuerdo cuando murió la Violeta, escuchábamos la noticia en la radio. Me sé de memoria todas esas canciones. La UP fue para mí música, músicos, folklor, instrumentos musicales, canciones, letras de canciones, éxtasis poético y musical compartido con amor, con amistad.
Después, durante la dictadura, nuestra música –nuestro canto- fue mi cable a tierra y creo que nos ayudó mucho a sobrevivir emocionalmente al horror.
Recuerdo con gran emoción momentos de cantar juntos, momentos de resistencia emocional, corporal y simbólica. Pertenecí a hermosos y valiosos “grupos humanos”. Ahora me doy cuenta que todo ese mundo estaba lleno de décimas y que como dice la canción: “ yoo no lo sabía…”.
Mi hermano Samuel me trajo de regalo -desde Londres- un libro hermosísimo con canciones, bordados y pinturas de la dulce vecina de la verde selva. Mi amiga Ximena Morales me regaló, también en esos grises años, “Biografía en décimas”. Luego yo me compré “21 son los dolores”.
Digo: mi “carrera” es ser antropóloga del cuerpo, investigadora de la cultura, profesora de biodanza y ontología del lenguaje. Y en este trabajo también soy escritora y decimera. También me dedico parcialmente a la pintura, los mosaicos y el arte viviente y soy activista por los derechos de las humanas.
5.- Cuéntanos de tu proceso creativo: qué requieres para escribir, entorno, hora, libros etc.
Requiero un lápiz y un pedazo de papel. Ha sido en diversos momentos y lugares. Prefiero estar sola. Pero a veces ha sido en medio de un gentío o una borrasca.
He escrito décimas en todo tipo de momento y contexto, en noches de desvelo o esperando en los terminales, haciendo alguna cola o llorando a la orilla del río. Empecé a escribir décimas de manera más “regular” hace 4 años .
6.- ¿Cómo nace tu inclinación por la creación de décimas?
Mis familias son campesinas. Crecí en los veranos de los años 60 en medio de las trillas a yegua, donde las cantoras avivavan la fiesta. Amé a esas mujeres alegres, valientes, poderosas, artistas, poetas…
Al mismo tiempo, en los inviernos, en nuestra casa de Concepción había un pick-up y, entre otros, un disco de Isabel y Angel Parra. Recuerdo cuando murió la Violeta, escuchábamos la noticia en la radio. Me sé de memoria todas esas canciones. La UP fue para mí música, músicos, folklor, instrumentos musicales, canciones, letras de canciones, éxtasis poético y musical compartido con amor, con amistad.
Después, durante la dictadura, nuestra música –nuestro canto- fue mi cable a tierra y creo que nos ayudó mucho a sobrevivir emocionalmente al horror.
Recuerdo con gran emoción momentos de cantar juntos, momentos de resistencia emocional, corporal y simbólica. Pertenecí a hermosos y valiosos “grupos humanos”. Ahora me doy cuenta que todo ese mundo estaba lleno de décimas y que como dice la canción: “ yoo no lo sabía…”.
Mi hermano Samuel me trajo de regalo -desde Londres- un libro hermosísimo con canciones, bordados y pinturas de la dulce vecina de la verde selva. Mi amiga Ximena Morales me regaló, también en esos grises años, “Biografía en décimas”. Luego yo me compré “21 son los dolores”.
8.- ¿De qué poetas te sientes más cercano en gusto, en sentimiento?
De Violeta Parra. De mis amadas y valiosas amigas Carmen Veloso, Bárbara Calderón, Elena Aguila y Yuko.
9.- ¿Qué libros te han marcado? y, ¿Por qué?
Muchísimos. De diferentes tipos. Creo que el diálogo cultural “marca”.
Porque voy haciendo un camino por las lecturas que voy escogiendo, a veces una y otra vez. Voy eligiendo una ética, una estética, una simbólica. (Y así mismo tengo varias décimas esdrújulas).
10.- ¿Qué autores te satisfacen más hoy en día, y cuáles de sus obras?
Estoy leyendo y estudiando a Rafael Echeverría y Humberto Maturana. Podría decir que sus libros me satisfacen el hambre que dan las preguntas existenciales…. Maturana un poco más poético. Me nutro de sus interpretaciones, me enriquezco con sus diálogos, con sus acciones lingüísticas y algo de eso se va derramando o aflorando en mis décimas.
De Violeta Parra. De mis amadas y valiosas amigas Carmen Veloso, Bárbara Calderón, Elena Aguila y Yuko.
9.- ¿Qué libros te han marcado? y, ¿Por qué?
Muchísimos. De diferentes tipos. Creo que el diálogo cultural “marca”.
Porque voy haciendo un camino por las lecturas que voy escogiendo, a veces una y otra vez. Voy eligiendo una ética, una estética, una simbólica. (Y así mismo tengo varias décimas esdrújulas).
10.- ¿Qué autores te satisfacen más hoy en día, y cuáles de sus obras?
Estoy leyendo y estudiando a Rafael Echeverría y Humberto Maturana. Podría decir que sus libros me satisfacen el hambre que dan las preguntas existenciales…. Maturana un poco más poético. Me nutro de sus interpretaciones, me enriquezco con sus diálogos, con sus acciones lingüísticas y algo de eso se va derramando o aflorando en mis décimas.
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